Montessori kids

Yes, that's what I want with you. A stable home, a safe place to be. Where attachment is sound and everyone is healed. 

Happy 21st.

El agua no embriaga.

Los monólogos mentales muchas veces tienen la forma de pensamientos intrusivos. Obras de teatro elaboradas, con sorprendentes giros de guion. Pésimas críticas y poca aclamación. Pero siempre hay una única espectadora, fiel, que no se pierde ninguna función. Ni siquiera cuando hacen sesiones intensivas, sin parar, sin descansar. Como últimamente. No hay ninguna planificación para estos ciclos non-stop, ningún detonante que los haga cuadrar bien en el almanaque. Así que en realidad viven mucho de la improvisación. Y de la creatividad, por qué no decirlo. Tienen fuentes inagotables de historias, tomadas de los gestos más nimios. Qué inventiva, la de estos romanos. Y el foco de luz se mueve indiscriminadamente, saltando de un personaje a otro, que no deja de ser el mismo en una nueva historia, sin prestarle atención, pero prestándole toda la atención. Y se pregunta en bucle por qué el director no acepta el imput del público. Por qué sí vale en una dirección, pero cuesta integrarlo en la contraria. Pánico escénico, la actriz no puede salir. No puede ensayar para ella. Se queda bloqueada. Antes no era así. No es un pánico práctico como el de Izal. Solo paraliza y lo enturbia todo. La luz cambia de intensidad. La ciega. No hay nada que temer.

El que teme padecer, padece ya por lo temido.