Entender a Aloxi es fácil, porque es legible:
Cuando vuelve el vicio después de una temporada, malo.
Cuando cambia los muebles de sitio, malo.
Cuando se alisa el pelo, malo.
Cuando quiere chocolate, malo.
Cuando no habla, malo.
Cuando no sonríe, malo.
Cuando le da igual que haya alguien fuera que la aprecia, malo.
Cuando quiere desaparecer, malo.
Cuando tiene ganas de hacer matemáticas, malo.
Cuando ya no sabe qué hacer, malo.
En definitiva, si existe, malo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario