Te vi leyendo una revista. Podría haberme
acercado, pero soy romántico, incurablemente romántico, y creí que sería
mejor tomar el primer puente aéreo para París, pasear un poco por el
aeropuerto, esperar tres horas, consultar un sinfin de veces los
horarios de los vuelos, comprar tus flores, decir la frase que Rick le
dice a su amada en ‘Casablanca’, e imaginar tu cara de sorpresa. Y tener
la certeza de que eso era lo que tú querías, que me esperabas, que toda
la determinación y la voluntad del mundo no bastan para impedir que el
amor cambie las reglas de un momento a otro. No cuesta nada ser
romántico como en las películas, ¿no crees?.
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