Os invoqué sin querer, poderosos recuerdos, y aqui estáis, liberados en esta mente sensible que pensaba que os había olvidado. Poderosos, poderosos sois y traeis el bien a esta alma rencorosa y el mal a este cuerpo bondadoso.
¡Cuán acertada eras y yo sin saberlo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario