Según el gato de Alicia, todos estamos locos.
Yo le creo. Creo que estamos completa e irrevocablemente locos por el hecho de querer ser felices a toda costa y por dejar que el alma se nos cuele entre bostezos. Aparte de eso, estamos locos poque sería demasiado aburrido estar cuerdo y dejar que esto, eso y aquello nos apaguen la vida.
Ahora bien, ¿de qué tengo miedo?
Yo, de momento, soy astronómicamente faliz.
Sí, sí, sí. No sé tú, no sé yo, pero esta risa floja es lo mejor que me ha pasado. Sí, en serio.
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