Últimamente siento que yo también tengo dos realidades habitando mi cabeza: una en la que no ha pasado nada y el proyecto sigue avanzando y otra en la que no dejo de ahogarme con el torrente de malestar y recuerdos. Pero lo cierto es que son la misma realidad porque es lo que está pasando ahora. Seguimos navegando en macro, con rumbo fijado, pero en micro los torbellinos no paran de arrastrarnos.
También siento que estoy teniendo que poner mucho esfuerzo en reparar algo que empiezo aceptar que no se rompió por mi culpa. Entiendo que no querías cambiarme a mí, sino que querías cambiar a la persona que estabas siendo tú. No es ningún consuelo desde el momento en el que tu cambio es tan doloroso para mí. Y esto es puro egoísmo, a nadie le gusta sufrir.
No puedo dejar de preguntarme si es esto es lo peor que nos pasará.
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