¡Qué gran tragedia! Primero se fue uno y luego el otro. Flotaban, sin vida, apagados.
Es imposible no sentirse mal. Me siento realmente mal y no dejo de preguntarme el porqué de tal desgracia.
Adios con el corazón, que con el alma no puedo. Adios, adios, adios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario