Ese torbellino de todo que te hace tan feliz como desgraciada en cuestión de segundos. Y es que, ¡por Dios!, sabes lo que haces, pero no sabes cómo. Y eso, querida, es lo malo.
¡No puedes vivir!
Y se te acaban las palabras mientras amas tanto que te corroe el pensamiento.
Venga, admítelo, te enloquece. Todo te enloquece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario