No había visto en mi vida una declaración tan bonita como la de ayer. Todo muy hollywoodense. Luego, claro, la cara de felicidad absoluta de ella era imposible de ocultar.
Desayunar churros con dulce de leche en compañía de grandes personas.
Leggins, camiseta, calcetines y orejas de gato.
Que la gente te silve por la calle.
Inconvenientes de tener cierta edad.
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